Memorias de un fotógrafo disperso
Acostumbrado a llevar una cámara desde que de niño me regalaron una Kodak Instamatic creo que siempre he visto el mundo desde un visor, una fotografía impresa o una pantalla de cine
Miro a mi alrededor y lo que me rodea para reducirlo, aislarlo o descontextualizarlo entre los limites de un encuadre, resumir el objeto o la idea de ese objeto
No me gusta robar un retrato en la calle, pero lucho contra mi timidez y a veces lo consigo pero nunca con un teleobjetivo, necesito una cercanía y a veces un consentimiento.
Contradictoriamente me gusta el retrato en estudio, claro que llegados a ese punto es porque ya he conseguido una mínima interacción con la persona
Soy disperso, me gustan muchas cosas pero también he perdido mucho tiempo definiendo mis temáticas habituales y descartando definitivamente otras. No hace falta tocar todos los palos
Mi padre me llevaba al cine y yo salía entusiasmado después de ver primeros planos de un rostro en una gran pantalla panorámica en la época anterior a las multisalas y mi abuelo pintaba paisajes al óleo casi siempre partiendo de una fotografía o alguna postal
Retratos, paisajes, interiores, el cine, la pintura y lo urbano son mis influencias, de donde nacen mis referencias y mis referentes
Y a veces me disperso y fotografío otras cosas en analógico o digital, me da igual, con el tiempo he aprendido a asumir mis contradicciones
Miquel Juliá

Comentarios
Publicar un comentario